martes, 12 de enero de 2010

NIEVA

Hacía mucho tiempo que mi ciudad no se vestía de blanco, como lo hizo hace 2 días.

Nieva. Finito pero continuo, ¡Creo q no va a cuajar! Pensé. Pasan los minutos… 5cm… miro por la ventana y … suena el teléfono. Acepto la propuesta de salir a disfrutar del entorno mientras hacemos unas fotos, para conservar un recuerdo más a parte del que retengamos en nuestras retinas.

Salgo y … frio, aire, la escarcha cae sobre mi delicadamente posándose cual mariposa en una flor, el cielo blanco grisáceo acompaña el paisaje. Miro. Observo, disfruto, juego… interactúo con el ambiente convirtiéndome en fuente durante unos segundos…


Mi gorro y bufanda se adornan de pequeños copos cual muñeco de nieve… rio.

Continua cayendo…, deambulo por las principales calles observando los edificios, las esculturas, las personas … me gusta ver como la gente disfruta de un pequeño placer que la naturaleza a veces nos brinda, está contenta, ríe, corre, juega a tirarse bolas de nieve, usan los charcos helados como pistas de patinaje, o a veces intentan romperlos con el tacón de sus botas, utilizan bolsas de plástico cual trineo…

Me gusta escuchar el sonido cuando piso la nieve virgen, subirme a un árbol, fotografiar una fuente, observar un banco solitario, cerrar los ojos y sentir los copos cayendo sobre mí…

Sigue nevando… el frio se va apoderando de mi cara, y mis manos aunque lleve guantes… decidimos hacer un pequeño parón para calentarnos, tomar un café caliente en un bar cerca del parque mientras por el cristal ves aquel fantástico espectáculo, no tiene precio.


Tras acabarnos el café y recuperar la temperatura corporal volvemos a salir… el parque está repleto de gente, familias, niños y mayores, parece pleno verano. Tras un largo tiempo disfrutando en él, el frio vuelve a apoderarse de nosotros y decidimos emprender la vuelta a casa, pero para ello ¡hay que llegar al coche!, tarea difícil, aunque lo conseguimos. Una vez dentro comentamos que…más que un coche, es ¡una oveja! Bajamos las ventanillas para conseguir algo de visibilidad y nieve se cuela una última vez, rápidamente cual lagartija, dentro del vehículo, parece que aún no quiere despedirse de nosotros.

Arranca el motor, calefacción a tope y buena música en la radio. Comienza el retorno… una última mirada atrás, una sonrisa y… creo que nos despedimos hasta el año que viene. NIEVE.

1 comentario:

joseluis dijo...

A mi también me ha gustado que nevase. Nevaba a mi alrededor y... nevaba en mi alma. La nieve del exterior alegraba el ambiente, me transportaba a recuerdos de mi niñez en Cuenca. La nieve interior no era tan dichosa, ni tan festiva...Pero mi corazón frío ha seguido latiendo.
Un beso