martes, 24 de noviembre de 2009

PRESA

Emili era una chica normal, con un físico normal, con un trabajo normal, con una vida normal….

Pero el destino quiso que en su vida, como en la de muchas otras personas, pasaran una serie de acontecimientos familiares, personales y sentimentales que marcaron y marcarán el rumbo de su historia.

Ella, nunca se vio una mujer mucho más complicada que las demás, quizás sí, algo más especial en algunos aspectos.

Durante sus últimos tres años, Emili se ha sentido presa de su propia vida, ha intentado luchar de múltiples maneras, con todas sus fuerzas y armas para superarlo, pero… no lo ha conseguido.

¡Es más débil de lo que se pensaba!

Es una pena, pero realmente cada día que pasa, Emili pinta una línea vertical en su pared, como si de una presidiaria se tratara. “Un día más”,cuenta los días resignada, sintiéndose como si estuviera cumpliendo una condena, de un delito que nunca cometió.



Muchas veces, le falta el aire, se siente ahogada dentro de un pozo, en el que calló hace un tiempo y del, aún hoy, no puede o sabe salir…

La mayoría de las personas con las que se ha encontrado y en las que "ha confiado", a lo largo de éste tiempo, no le han ayudado mucho, más bien al contrario, le han ayudado a irse hundiendo, si cabe, ¡un poquito más! Probablemente, sin saberlo ni quererlo, pero… es lo que ha ocurrido.

Y ella se pregunta: ¿Por qué? ¿En qué he fallado? ¿Qué hago mal? ¿Por qué me siento tan insignificante? ¿Dónde quedó la persona que era? ¿Por qué no soy capaz de recuperarla?....

No domino mi vida, estoy harta del dichoso “encanto toxico”, de siempre estar disponible, de siempre ayudar, de no saber decir no en ciertas ocasiones, de empatizar demasiado con las personas, de dar sin recibir, de ser desinteresada…

Lleva intentando corregir estos errores desde hace mucho tiempo y ha intentado ser de otra manera pero… ¡tampoco le funciona! ¿Cómo debo ser? ¿Cómo debo actuar? ¿A nadie le importo?...

¡Está desencantada con casi todo y casi todos! sin ganas ni fuerzas de luchar, nada ni nadie le consuela, porque realmente nadie, sabe lo que ¡ella siente, ni como lo siente! ¡es lo que tienen los sentimientos! que son íntimos y personales. No le sirven de nada, los discursos que la gente de su alrededor le dan a menudo hablándole de lo “especial y valiosa” que es como persona, no le sirve leer “libros de autoayuda”, no cree en los psicólogos, ni cree en que un tratamiento farmacológico pueda ayudarla, por eso no estaría dispuesta a tomarlo…

A pesar de todo esto, y muy, pero que muy en el fondo, a Emili le siguen gustando las cosas bonitas, los pequeños detalles, aún quiere creer en la magia, en los ángeles, en las hadas por eso… ¡le encantan los cuentos! Pero, en definitiva, eso, solo queda en sus sueños, que por otra parte, cada vez ¡son menos!, ya que… desde hace tiempo, a nuestra protagonista, ¡le da miedo hasta soñar!, porque sabe, que cuando abra los ojos y vuelva a su realidad, ¡el golpe será más fuerte!

Por eso, una y otra vez, después de cada fracaso o decepción de cualquier tipo, Emili, vuelve a meterse en su madriguera, vuelve a escarbar en su túnel, con la intención de salir… pero en el fondo y de momento, sigue y seguirá estando... ¡ENTRE REJAS!




martes, 3 de noviembre de 2009

A VECES...

A veces, me siento triste.

A veces, me siento extraña.

A veces, creo

A veces, me siento “especial”

A veces, me siento rara,

A veces, lloro

A veces, rio,

A veces, sueño…

A veces, quiero volar.

A veces, desaparecer

A veces, quisiera teletransportarme

A veces, me falta el aliento

A veces, no duermo.

A veces, tengo fuerzas para luchar contra las adversidades

A veces, soy débil

A veces, suspiro

A veces, me siento como una hoja a la deriva, empujada por el viento a su antojo y sin poder hacer nada para remediarlo.

A veces, canto

A veces, juego

A veces, brillo y…

A veces, me desvanezco.

A veces, estoy arriba,

A veces, bajo tierra, escarbando como un topo.

A veces, grito

A veces, callo.

A veces, cambiaria muchas cosas, para conseguir una en concreto….

A veces, detendría el tiempo y…

A veces, lo haría pasar más rápido.

A veces, escribo y no sé ¿por qué?

A veces, no sé, qué escribir.

A veces, me siento afortunada y …

A veces, desdichada.

A veces, me siento hada

A veces, bruja.

A veces, me confundo o confunden

A veces, deseo cosas…

A veces, no quiero crecer.

A veces, soy demasiado racional

A veces, no me dejo llevar…

A veces, me escondo de todo y todos.

A veces, huyo.

A veces, me siento sola, a pesar de estar rodeada de mucha gente.

A veces, me siento “querida y valorada”

A veces, miro al cielo porque me fascinan los amaneceres, los atardeceres y las estrellas.

A veces, me perdería en el horizonte…

A veces, me quedaría ahí sentada, sintiendo como el aire y los últimos rayos del sol inciden en mi cara, con los ojos cerrados.

A veces, me ilusiono y otras, no.

A veces, siento

A veces, reflexiono y…

A veces, ¡solo a veces! Lo comparto.